El 8 de marzo, Día de las Mujeres, más allá del día de celebración de lo conseguido hasta ahora, es un día para reconocer el trabajo del Movimiento Feminista y de las personas que han luchado por llegar hasta aquí y para poner en la mesa los retos de cara al futuro. Es imprescindible hablar de la influencia que la organización y las interpelaciones del movimiento han tenido en la lucha por los derechos para implicar a toda la sociedad. En este sentido, presentamos esta declaración desde la asunción de la responsabilidad que corresponde a esta institución.
Es el momento de apostar por el mantenimiento de la vida en condiciones dignas y justas: eso requiere una mirada feminista en todas las políticas que impulsamos desde las instituciones. El aumento de las desigualdades estructurales de género es una realidad innegable: las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de la carga de los cuidados, remunerada y no remunerada; y esta última, además, ha tomado un rumbo de precarización considerable. Urgen respuestas integrales que respondan adecuadamente a esta situación de crisis, en todos los ámbitos y niveles, desde lo global hasta lo local y viceversa. En el País Vasco, en nuestro limitado marco competencial, tenemos claro que mientras no seamos soberanas de nuestras vidas en nuestros territorios no podremos impulsar todos los cambios necesarios: sin embargo, hay posibilidades de que se vaya dibujando ese camino, de que se abran fisuras en el sistema, y precisamente la local es la zona idónea.
Para ello, hay que coordinar las instituciones y abrir cauces para que la ciudadanía participe real y eficazmente en las decisiones públicas, en especial los diversos grupos de mujeres y el movimiento feminista. Tenemos que afrontar adecuadamente la gran responsabilidad pública que tenemos, y eso hay que hacerlo desde premisas feministas, impulsando la articulación y la participación, elaborando planes y programas transformadores, atendiendo emergencias y posibilitando todos los recursos necesarios.
Debemos ser conscientes de esta situación y las políticas públicas que la atiendan deberían llevarla también a empoderar a las mujeres. Para ello es imprescindible llevar adelante la Gobernanza Feminista. La Gobernanza Feminista ha sido históricamente ubicada en las políticas de igualdad como uno de los pilares de los Planes de Igualdad y a esto se le ha llamado Buen Gobierno. Consiste en mirar más las formas de hacer que lo que se hace. Es un proceso de democratización en general, otra mirada para definir prioridades; un cambio en los procedimientos de actuación y de trabajo. Cuando hablamos de gobernanza feminista hablamos de un liderazgo transformador y es necesario incorporar la perspectiva feminista en el proceso soberanista que queremos llevar a cabo.
Las Políticas de Igualdad han creado en los últimos años un sistema básico de recursos y planes. Han sido imprescindibles para abrir caminos y en su desarrollo aún nos queda camino por recorrer. Es destacable la cruzada de las fuerzas ultraconservadoras contra ellas y tenemos claro que estaremos en su defensa y promoción como instituciones. Pero hoy queremos decir que necesitamos políticas más allá, tenemos que poner en marcha una transversalidad radical. Es decir, tenemos que romper estructuras estancas y construir y gestionar proyectos compartidos entre diferentes departamentos.
Este es el camino que ha emprendido el Ayuntamiento de Lezo, que va camino de crear el consejo de igualdad con el movimiento feminista y abierto a los agentes e individuos responsables que quieran influir en las políticas feministas para que participen real y eficazmente en las decisiones públicas.
Por otro lado, las campañas de sensibilización y prevención para las fiestas se han venido trabajando y consensuando en los últimos años con el movimiento feminista, así como los programas de los días especiales que tenemos en el calendario y las acciones generales del año.
Junto a ello se ha realizado una previsión para el desarrollo de un proyecto a favor de un ecosistema de cuidado y se han ofrecido acciones y sesiones que tienen como objetivo el empoderamiento de las mujeres y la formación en igualdad.
Esto es lo que llamamos Política Feminista, queremos sacar de la esquinilla los "temas de las mujeres" y hacerlos universales. Queremos hablar de cuidados, economía, urbanismo y Violencia Machista, de todo, desde una perspectiva feminista. Ante estas notables necesidades y grandes retos, nuestro pueblo debe iniciar una dinámica transformadora y compartida, reconociendo ese esfuerzo y compromiso desde las instituciones, recibiendo propuestas y reivindicaciones, e impulsando y fortaleciendo espacios de encuentro y diálogo.