Hoy es un día triste para Lezo. Hoy, 18 de diciembre, le ha dado el último adios al que fuera el primer alcalde tras la dictadura e hijo predilecto de la localidad. Patri Urkizu (1946-2024), primer alcalde democrático tras el Franquismo, fue alcalde de Lezo desde 1979 hasta 1983 y su mandato se podría resumir en su capacidad de atención constante a las necesidades de los y las lezoarras así como por su sencillez y cercanía. La ikurriña ondeará a media asta durante 3 días.
El alcalde Mikel Arruti, nada más conocer la noticia de la muerte de Urkizu, ha querido expresarle su reconocimiento y admiración: "Patri, en su labor de alcalde, tenía claro que era más que un representante municipal, él era un representante de la ciudadanía. Destacaría su cercanía y humildad. El trabajo de Patri es un espejo para nosotros y nosotras".
Urkizu ha sido una pieza clave de la historia y la cultura de Lezo y su trabajo fue a favor del pueblo, siempre con el objetivo de promover el euskera, la cultura y las costumbres de Lezo. Antes de ser alcalde también participó activamente en los ámbitos educativo y cultural de Lezo, y sus aportaciones al desarrollo de la sociedad local fueron fundamentales. Tras su mandato, trabajó durante años en colegios y en el mundo cultural, promoviendo el euskera y la literatura vasca.
"Patri Urkizu más que un alcalde para Lezo, fue el representante del pueblo. La ikurriña del Ayuntamiento ondeará a media asta durante 3 días.". (Mikel Arruti)
Un prolífico escritor e investigador
Patri Urkizu deja una prolífica obra literaria con varios ensayos, poesía y obras narrativas. Su último libros¡ lo presentó en el propio Ayuntamiento en el que fue regidor, "En busca de escribas perdidas. Autobiografía y críticas culturales ", que aúna la historia de Lezo con episodios de su vida en 600 extensas páginas. Urkizu fue pionero en estudios de literatura y cultura vasca, con trabajos en teatro vasco, bertsolarismo y teatro vasco. También completó su carrera como escritor con artículos publicados en innumerables revistas.
Su trayectoria también tuvo su reflejo en la universidad y en la investigación. Sus estudios en Filología Vasca en la Universidad de Salamanca, le hizo coincidir con profesores como Koldo Mitxelena y Fernando Lázaro, y le llevaron a ser profesor de literatura vasca y euskera en la UNED y el Instituto Peñaflorida. También participó en el proceso de unificación y normalización del euskera y el proceso de creación del euskera batua.
La muerte de Urkizu ha dejado un vacío enorme en Lezo y en la literatura vasca, pero su obra sobrevivirá siempre, como parte importante de nuestra cultura y nuestra lengua.
Que la tierra le sea leve.